LA-3-VÍA LÁCTEA-CREATIVA-GRAVEDAD 6 -9ª
En el macrocosmos el espacio
triangular se asocia al nivel galáctico. La Vía Láctea
es una espiral en cuyo centro existe un cúmulo de agujeros negros
que imposibilita la centrifugación total de los brazos estelares.
El cúmulo central de agujeros negros es el generador de la onda
gravitacional que da soporte a la galaxia.
La magnitud que se asocia
con este nivel es la gravedad. Todas las masas se atraen siguiendo la ley
del inverso del cuadrado de la distancia, además el campo gravitatorio
es proporcional a la cantidad de materia. Como vemos la fórmula
matemática de la gravitación universal responde a dos influencias
del Absoluto (la de radiación y la de atracción).
Cuando llegue su turno veremos que la materia se va incorporando a la Realidad
según transcurre el tiempo. Más adelante también entenderemos
que el espacio está en continua expansión y provocando un
constante crecimiento del tamaño de la galaxia. La gravedad es un
freno a esta expansión imparable tal y como se deduce de la fórmula
del Sr. Newton. La gravitación dota al espacio de una propiedad
plástica que le motiva para recuperar la forma primigenia perdida
con la expansión, su objetivo es mantener constante el volumen piramidal.
Al final de los tiempos, y no antes, cuando ya toda la materia esté
incorporada a la Realidad la gravedad triunfará sobre la expansión
y el cosmos entonces sufrirá el colapso denominado Big-Crunch.
La Figura intenta demostrar
que la materia oscura aunque sea imposible de detectar existe virtualmente,
es decir, está todavía sin Realizar (sin incorporarse a sistemas
Reales), veremos en próximos capítulos cómo se Realiza
con el tiempo y comprenderemos por que siempre existe un equilibrio perfecto
entre la gravedad y la expansión que impide tanto un colapso gravitacional
prematuro como una expansión desbocada. También dedicaremos
una capítulo completo para comentar la relación explicativa
que existe entre la teoría de relatividad y la fórmula piramidal.
La fuerza gravitatoria independizada
procedente de la fractura de la superfuerza se convierte en magnitud en
este cuarto escalón.
Lo que sucede con
la Vía Láctea también ocurre con todas las demás
galaxias. Cualquiera de ellas puede ser la representante de este nivel.
Basta traspasar el horizonte de sucesos de cualquier agujero negro situado
en cualquier esquina del cosmos para lograr salir de la tridimensionalidad
piramidal y a partir de ahí, recorrer el plano y la línea
ascendiendo por los niveles ya estudiados hasta encontrar la Entidad puntual
que representa el vértice superior. La Singularidad desnuda que
existe en los agujeros negros, en definitiva, es la misma aunque se encuentre
sumida en abismos diferentes. Veamos que ocurre piramidalmente cuando un
móvil cae en la fatídica atracción de un agujero negro
y es incapaz de evitar franquear el horizonte de sucesos. Este ejemplo
se puede explicar comprendiendo que el traspaso equivale a la llegada del
móvil al centro de la base. Esto significa que, justo en ese instante,
la materia del móvil se convierte en oscura adquiriendo, por tanto,
el grado máximo de entropía y la temperatura nula absoluta
(0 grados kelvin), pero este hecho violaría el primer principio
de la termodinámica por lo que sería necesario la reaparición
de la cantidad discreta de energía-materia propia del móvil
en algún otro punto de la galaxia. El móvil captado
por el agujero negro, según la psicología geométrica
de la Figura, desde el centro de la base cruza por sus dos diagonales para
así poder conservar su dimensión puntual hasta llegar a los
cuatro vértices. En esta posición el móvil del ejemplo
ya se mueve a la velocidad de la luz. Desde ahí, asciende por las
cuatro aristas triangulares hasta alcanzar la cúspide donde está
situado el cuasar por donde reingresa en la Realidad. Al hilo de esta dinámica
podemos comprender que, para nosotros, no es necesario salir de la Vía
Láctea para encontrar todo el cosmos, el pluricosmos e incluso el
Absoluto activo que supone el Todo, sólo tenemos que caer en cualquier
agujero negro para conseguirlo.
Que el espacio triangular
piramidal quede plenamente ocupado por una sola galaxia no quiere decir
que en todo el universo sólo exista la Vía Láctea
sino significa que en el mundo simbólico hay tantas Figuras como
galaxias hay en el cosmos físico aunque, paradójicamente,
todas ellas estén compuestas geométricamente por las mismas
caras triangulares, por las mismas aristas procedentes de la cúspide
y por el mismo vértice superior y difieran solamente en que el espacio
interpiramidal sea distinto. Sorprendentemente para la conciencia humana
cada galaxia es tridimensional aunque el universo entero sólo llegue
a ser bidimensional. En realidad para si misma la Vía Láctea
tiene nueve dimensiones mientras que el universo entero tiene diez (por
eso todos las galaxias caben perfectamente en el cosmos), el pluricosmos
tiene once dimensiones aunque para nosotros sea simplemente una línea
y el Absoluto tiene doce aunque la mente humana sólo pueda comprenderlo
como un punto.
El genuino representante
del macrocosmos es, para nosotros, la Vía Láctea porque la
individualidad tridimensional que manifiesta en el seno de la Pirámide
nos sirve para significar y relacionar todos los demás niveles macrocósmicos
tanto los superiores (el cosmos, el pluricosmos) como los inferiores de
nuestro entorno (el Sol, el sistema solar, la Tierra, etc).
El espacio triangular piramidal
representa el múltiple juego combinatorio de las tres influencias
generadas por el Absoluto: la energía y las cuatro fuerzas fundamentales
y la materia. Cualquier punto de cualquier galaxia es la expresión
Real de una determinada combinación de las múltiples que
aparecen como consecuencia del concurso de estos tres influjos.
El ser propio de este
nivel es el creativo, la gravedad es responsable de la creación
de un centro de atracción que dota de individualidad. Cada galaxia
es diferente, no existen dos iguales, en efecto la homogeneidad del nivel
anterior aquí ya ha desaparecido, cada galaxia se representa con
una Pirámide diferente aunque todas ellas sean geométricamente
iguales.