La carga eléctrica
está simbolizada por las cuatro caras triangulares, por ejemplo,
la cara norte representa el polo positivo y la cara sur el negativo mientras
que la cara este hace lo propio con el positivo y la cara oeste con el
negativo. Nuestro propio cosmos, independiente del conjunto de todos los
cosmos posibles, es el ente usuario de la carga eléctrica en este
nivel. Antes de proseguir indicaré que nuestro universo convive
eternamente con su par gemelo. Para evitar confusiones a partir de ahora
designaremos con el nombre cosmos al par de universos gemelos, sirviéndonos
la palabra universo para designar a uno sólo de cada pareja cósmica.
El universo se diferencia de su gemelo porque este último tiene
invertida la polaridad eléctrica, o sea es antimaterial. Ambos elementos
del par son independientes a pesar de estar ligados. No los separan unidades
de tiempo ni de distancia a pesar de convivir como planos de una misma
Pirámide. El valor de c es igual para ambos universos y, por consiguiente,
todas las constantes físicas adoptan también los mismos valores.
Ambos universos tienen la misma cantidad de materia y perduran el mismo
tiempo sin embargo no hay manera de decir si ambos son simultáneos
o uno es anterior al otro. Ni siquiera podemos preguntarnos acerca de la
relación entre sus flechas temporales. Sabemos que no pueden convivir
en el mismo espacio pero, como ambos son planos, pueden estar ubicados
en la misma Pirámide desempeñando una labor coordinada en
el funcionamiento de la dinámica piramidal.
Intuyo que la imagen poética
de un planeta Tierra enantiomorfo donde todos existimos como vistos en
un espejo es sólo un suceso de ciencia-ficción pero aún
así ni la Física ni la Figura saben responder a esta pregunta
porque la primera todavía no tiene medios técnicos para hallar
los efectos que el universo gemelo produce sobre el nuestro. Algún
día en el futuro quizás se podrán observar estos efectos
en el espacio y los científicos de entonces podrán deducir
la inexistencia de una literaria anti-Tierra.
Las tres fuerzas que convivían
unidas en el seno del Absoluto activo en este nivel que ahora ocupa nuestro
estudio están separadas. La fractura de la superfuerza acontecida
en el nivel pluricósmico inmediatamente anterior también
es la causa que origina la división de la triada. Así la
fuerza pasiva se asocia con el universo material, la fuerza activa con
el universo gemelo antimaterial y la fuerza neutra lo hace con la irresistible
atracción eléctrica que manifiestan entre ambos y que es
el origen de la dinámica piramidal.
La situación cósmica
sumamente ordenada que existe en el momento inicial de la Creación
se desvanece en cuanto actúa la influencia de atracción causada
por el Absoluto solar que provoca la "rectangularización" del cuadrado
de la base. De esta manera dos caras opuestas, por ejemplo la cara norte
y la cara sur, se acercan por la atracción eléctrica ejercida
entre ellas mientras que la atracción existente entre la cara este
y la cara oeste queda eliminada para que la dinámica pueda alejarlas
con el fin de mantener el volumen piramidal constante. Para eliminar el
absurdo que supone contar con dos polos eléctricos distintos, representados
por las caras este y oeste, que se repelen en lugar de atraerse tenemos
que comprender que el conjunto de infinitos triángulos orientados
en el sentido este-oeste prácticamente no existe. Esto quiere decir
que el interior piramidal sólo puede representar a una galaxia material.
Cualquier galaxia antimaterial quedaría fuera de sitio por resultar
inviable eléctricamente. En el siguiente capítulo veremos
que el interior triangular de la Figura, la colección de infinitos
triángulos orientados entre las caras norte y sur, simboliza el
nivel galáctico. Por eso una sola galaxia (la Vía Láctea,
desde nuestro punto de vista) ocupa la totalidad del espacio triangular.
En definitiva ninguna galaxia antimaterial puede existir dentro de un universo
material y viceversa. En cada Big-Bang, un universo resulta físicamente
inviable para que el otro miembro del par cósmico sí pueda
existir. Este sacrificio tiene un gran significado religioso.
La tridimensionalidad
no se ve afectada por este hecho ya que, a pesar de esta eliminación,
el número de triángulos interiores sigue siendo infinito.
El Sr. Hubble demostró que el universo se expansiona imparablemente
como la superficie de un globo que se hincha, la Parábola le da
plenamente la razón. Para la propia Pirámide se trata de
una expansión espacial sólo aparente porque, a pesar de la
deformación de la base, el volumen interior permanece siempre constante
ya que las caras norte y sur se acercan mientras las caras este y oeste
se separan con la misma aceleración. Sin embargo, para el universo
y para nosotros sus habitantes, la expansión en alianza con el tiempo
sí es Real, con la deformación de la base los triángulos
norte y sur cada vez se hacen mayores en tamaño en detrimento de
los triángulos este y oeste que disminuyen. Recordemos,
en el siguiente esquema, la última parte de la octava nanocósmica:
Intervalo dosi/Intervalofami-2-Partícula subatómica-Materia/Movimiento 6/48-4ª/2ª | |
Si/Fa-1-Cuanto-Tiempo/Espacio 96/3-3ª/1ª | |
La/Sol-0-Absoluto (Nada)-Calor 192/1-2ª-Adimensional |
Algún valor significativo tienen que adoptar los cuatro triángulos,
no resulta elegante que uno de los dos pares sea inútil simbólicamente.
Los dos triángulos que no representan al par de universos gemelos
simbolizan al átomo material (electrones) y al átomo antimaterial
(positrones). En la segunda parte de la obra el lector podrá comprender
porque el mundo atómico (nanocosmos) paradójicamente encaja
en la Pirámide macrocósmica. El átomo a pesar de estar
en un nivel gobernado por 24 leyes también existe de una forma paralela
regido sólo bajo 6 leyes. La dualidad onda (6)-corpusculo (48) es
una realidad determinante para la partícula subatómica. El
cuanto también tiene una doble valencia legislativa, 96 y sólo
3 leyes. En definitiva el nanocosmos existe como una parte infinitesimal
macrocósmica puramente psíquica e interior (cuadrangular
para la Pirámide) que simultánea y paralelamente goza de
una esencia exclusivamente física y exterior (triangular). La versión
física es la que tiene cabida simbólica en la Figura macoscósmica
justamente ocupando el espacio triangular que quedo teóricamente
anulado como consecuencia de la dinámica piramidal.
Cada universo del par se
comporta como un monopolo, por ejemplo el universo sería positivo,
de esta forma se simboliza su existencia física mientras que el
antiuniverso sería negativo y, por eso no existe. Ninguna parte
del universo, por muy másica que ésta sea puede aspirar a
ser monopolar, sólo el universo al completo lo es. Los signos (positivo
y negativo) de las cargas eléctricas están separados en las
caras laterales piramidales marcando una frontera a la Realidad tridimensional,
este hecho explica la incompatibilidad física del monopolo. No es
posible aislar uno de los dos polos eléctricos en el espacio. Todas
y cada una de las partes que participan en la totalidad universal están
condenadas a ser siempre bipolares. Los electrones y los positrones
son monopolares. Parece haber una severa contradicción entre este
hecho y lo que acabo de explicar anteriormente sin embargo no hay tal porque
los electrones y, en general, cualquier partícula cargada eléctricamente
no llegan a ser espaciales desde el punto de vista dimensional impuesto
por la Figura. En un capítulo de la segunda parte comprenderemos
que cualquier partícula subatómica, por muy másica
que sea, sólo es plana y por lo tanto no se la puede considerar
como una parte de la Creación tridimensional. El par de triángulos
que no representa al par de universos gemelos representa al electrón
y al positrón.
Cara norte- Universo-orden/ activa | |
Cara sur- Antiuniverso-caos/ pasiva | |
Espacio norte-sur- galaxia (existente físicamente) | |
Cara este-Electrón- caos/pasiva | |
Cara oeste- Positrón- orden/activa | |
Espacio este-oeste- átomo antimaterial (sólo uno puede existir en la misma galaxia) | |