INTERVALO DOSI-1-PLURICOSMOS-TRASCENDENTAL-CUATRO FUERZAS-11ª
   Las aristas procedentes de la cúspide representan el pluricosmos, es decir, el conjunto de todos los infinitos pares de universos posibles. La velocidad de la luz es constante en cada cosmos y de ella se derivan todas las demás constantes físicas, sin embargo, pluricósmicamente, el rango de velocidad puede ir desde c=0 hasta c=infinito. Cada valor de c codifica un cosmos distinto. Cuando c=0 la Realidad se limita a un sólo punto y cuando c=infinito la Pirámide no existiría realmente por no tener base siendo solamente la proyección cúbica abierta y, por tanto, infinita de un punto a partir de cuatro semirrectas. Entre estos dos valores límite existe una colección de pares universales virtuales pero hipotéticamente viables y realizables.
   Este nivel sufre de virtualidad aguda puesto que aquí la Pirámide como ente sólido, cerrado y contenido no existe. En principio las aristas miden una longitud infinita. Se puede afirmar que el infinito número de cosmos de este virtual pluricosmos está sumergido en la Nada. Para poder crear las condiciones que permitan la existencia de la Realidad, no queda más remedio que abolir la infinitud. La solución estriba en que la velocidad de la luz adopte un valor y sólo uno de toda la gama de valores posibles para permitir la Realización cósmica y la evasión de la virtualidad. Esta medida ejecutada sí provocará una situación inicial válida puesto que permitirá el surgimiento de la base piramidal y de un segundo Absoluto, esta vez solar, capaz de influenciar para cerrar la Figura. Los cuatro vértices de la base representan la nueva influencia de radiación (luz), las cuatro aristas de la base representan la nueva influencia temporal (tiempo) y las cuatro caras triangulares representan la nueva influencia de atracción (carga eléctrica). De esta forma se superpone un nuevo espacio interpiramidal, esta vez cuadrangular, al triangular que hasta ahora contemplábamos como único.
  A partir de aquí encontramos la Figura ya formada y herméticamente cerrada con todos sus vértices, aristas, caras y espacios incorporados. Esto supondrá la necesaria existencia de una serie de niveles inferiores que se corresponderán con los elementos dimensionales citados que servirán para cerrarla. El hermetismo piramidal está físicamente enunciado con la ley de conservación de la masa y la energía, efectivamente la cantidad materia-energía en el cosmos es una constante. La gran cantidad de energía del vértice generador deberá ser finita y constante a pesar de ser de una calidad máxima. Cuando llegue el turno veremos que la cantidad de materia de la base también deberá ser finita y constante.
   Por tanto el flujo creativo no puede ser una fuerza bruta desmedida que dé lugar a unas aristas de longitud infinita sino una fuerza comedida y ajustada que produzca un solo par de universos estables cuya existencia elimine la virtualidad típica de la infinitud. Si sólo un par de universos es factible no nos queda más remedio que admitir que ese cosmos debe ser precisamente el que nos alberga a nosotros. Por tanto el único valor de la velocidad de la luz que es compatible con la Realidad es el valor que tiene en nuestro universo, (aproximadamente 300.000 km/sg.). Todos los demás pares de universos con diferentes valores de c son virtuales. Esto podemos simbolizarlo con la regularidad piramidal.
  De todas las Pirámides posibles sólo la regular representará a la Real. La probada existencia de las leyes físicas nos induce a pensar que la Creación es una monumental Obra de Arte y que la única Pirámide Real es justamente la más bella entre todas las posibles y no una cualquiera. La circunferencia es el símbolo de la perfección, por eso la regularidad piramidal queda cifrada en una relación de equivalencia geométrico-psicológica entre ella y la pirámide cuadrangular. Cuando estudiemos al Sol determinaremos con exactitud cual es el valor del ángulo de inclinación de la Figura.En la Parábola el número pi (3,14159...) es el símbolo del valor de la velocidad de la luz en nuestro universo. Pi relaciona la longitud de la circunferencia con la de su diámetro, pues bien, el valor de c en nuestro universo es tal que la relación entre el tiempo de Realización de las posibilidades implícitas en el Rayo de la Creación y el tiempo de duración universal es una circunferencia. En capítulos posteriores veremos que las aristas de la base simbolizan el tiempo, teniendo en cuenta este dato podemos colegir que "a", el tiempo de vida del universo, es menor que el tiempo que tarda el Rayo de la Creación en desplegarse por todo el universo. Si "1" es el tiempo de vida total del universo entonces "4 - pi" es el tiempo que tendría que añadírsele para que todas las posibilidades implícitas en el Rayo de la Creación pudieran tener expresión Real. La regularidad piramidal, aparte de belleza, demuestra que en cada Creación universal no se actualizan todas las posibilidades sino sólo una porción de ellas y que, por consiguiente, hay suficiente campo abierto para que, en otras Creaciones inducidas por otros Big-Bangs, continuamente se actualicen posibilidades como novedad.
  El nivel pluricósmico está relacionado con la fractura de la energía pura en las cuatro fuerzas fundamentales que son la fuerza nuclear fuerte, la fuerza electromagnética, la fuerza débil (emisión de radiaciones) y la fuerza gravitatoria. Cada arista de las caras triangulares representa una de estas cuatro fuerzas fundamentales. Los cosmólogos llaman Big-Bang a este colosal suceso primigenio que dio origen al tiempo pero no terminan de comprender la causa de la exquisita precisión que presenta. La fractura de la superfuerza marca el inicio del tiempo apareciendo en este nivel la influencia temporal del Absoluto sobre su Creación. Vimos que la superfuerza, como energía elevada al cubo, es capaz de generar un cuerpo físico, pues bien, la Ley que controla esta Generación está inscrita en estas cuatro fuerzas fundamentales desarrollándose en el tiempo.
   Las cuatro fuerzas no son brutas sino que participan de un grado de suprema sutileza para poder generar una Pirámide finita y regular. El despliegue de la fuerza generadora tiene que seguir alguna pauta de conducta controlada que sirva a modo de freno capaz de anular el aspecto desbocado que daría lugar a una infinitud virtual. El esquema que sigue este proceso está debidamente ilustrado con la idea de la escala musical. La fuerza inicial se desarrolla de una forma discontinua, es decir, con aceleraciones y retardaciones periódicas. El impulso creativo alternativamente se manifiesta más fuerte o más débil. Todo parece ser continuo hasta que llega un momento en que las vibraciones dejan de obedecer al impulso inicial y durante un breve periodo se retardan cambiando hasta un cierto punto de naturaleza y de dirección. Una vez franqueado este estrechamiento las vibraciones recuperan la continuidad en su desarrollo hasta que el impulso inicial vuelve a sufrir un segundo retardo que, una vez franqueado, se continúa con un segundo despliegue normal. Los periodos de acción uniforme no son iguales entre si y los de retardación no son simétricos. La idea general que ilustra este hecho es la clásica escala musical de siete notas y dos intervalos. El impulso inicial sufre dos desviaciones, o sea, se curva en vez de seguir una trayectoria recta. La curvatura cierra su trayectoria dibujando una circunferencia. Ahora comprendemos como la Voluntad del Absoluto (Todo) expresa su táctica creadora con la circunferencia, el símbolo de la perfección divina como diría un religioso. El ciclo empieza en la Totalidad y finaliza en la Nadidad, ambos Absolutos son como las dos caras de una misma moneda, la Nada y el Todo quedan unidos gracias al Rayo de la Creación. Esta es la única gestión administrativa posible para evitar que la Creación se desboque. La Pirámide macrocósmica da cobertura a una octava descendente constituida por siete niveles cósmicos ocupados por entidades que usan respectivamente cada instrumento dimensional (ver esquema inicial). Do o Punto Absoluto, intervalo Do-Si o línea pluricósmica, Si o plano cósmico sideral, La o espacio galáctico, Sol o velocidad de la luz solar, Fa o espacio planetario, intervalo Fa-Mi o plano en movimiento de la vida orgánica, Mi o plano terrestre y Re o línea lunar. La altura de la Pirámide macrocósmica es idónea para simbolizar el Rayo de la Creación.
  Aquí la voluntad y la función están aunadas. El ser propio de este segundo nivel es trascendente puesto que se encuentra más allá de los límites de la Creación y es el modelo magistral de todos los demás seres pertenecientes a niveles inferiores.